Llegó con el miedo, y un dulce sabor en la boca, con un cigarro consumiéndose, y con el miedo, y los talveces y los quizáces, con la noche, como casi siempre, o como casi nunca, hasta hoy.
Un vago recuerdo, como de fluir de aguas, y el aroma de la muerte, de morir en mí, o en vos, qué más da.
La rechacé suavemente, desconvencido, y se acurrucó acá, a mi lado, apoyó una mano en mi vientre, y se durmió. Me dejó escribiendo, sintiendo su latir tenue y alocado, su promesa desgarrada de liberación, un halo como de luces que se desdibujan en el río, se pierden con la marea, en el próximo recodo, en la próxima estación.
Se durmió sonriente, esperando el día, o la próxima noche, o el próximo domingo, o abril, o septiembre. O mañana. O nunca. O siempre. O tal vez. O quizás. O tan poco, y tan demasiado.
3 comentarios:
anda acaso peleando con la muerte?
y sin embargo es tan fácil ganarle.
con haber cambiado este mundo alcanza.
MIERDA cierto q eso no es fácil.
mejor recurramos a la publicidad:
planta un árbol
tene un hijo
escribí un libro
saludos
facu
pd: la poesía en prosa le sale tan genial como en verso
es inevitable morirse.
la vida.
cosa rara.-
Hermosas palabras que tocan un tema tan espinoso.
Recuerdo la canción "El témpano".."no te pares, no te mates,sólo es una forma más de demorarse"...
Saludos!
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