viernes, julio 14, 2006

Fotos en Movimiento (Historias Mínimas II)

Este no es mío, pero me pareció copado ponerlo. Es una linda historia, de esas pequeñas que nos aguardan a cada paso, en cada esquina, en la calle, en el subte, en cada recodo del camino . De entre la furia cotidiana, siempre surgen esos seres que nos regalan una sonrisa, y quizás un poco de vida. Son un poco los encuentros en los que pensaba cuando empecé estos desatinos. Porque los despropósitos, terminan siendo siempre los más bellos, por verdaderos, por sinceros, porque son más difíciles de hacer caer.
Gracias Agus por compartirlo conmigo. Gracias por tantas cosas lindas, por cada brindis, por cada noche en vela, por cada sueño a medias. Y aunque no me dejes fumar en tu casa, te quiero. De verdad...
Simplemente eso. Que lo disfruten, y no me llevo el crédito. Por la magia de mi amigo, y por el as de picas que llevo en la billetera, salud!

Niña sonrisa





















Regalaba sonrisas y pedía monedas. Aunque me parece que las sonrisas eran gratis, le dieras o no las monedas. Esta chica tenía algo. No era una soldado más de la legión de tristes caras de niño que sobreviven bajo tierra, pidiendo en los subtes. No era una más, ella no. Creo que ya no le importaba si le dabas una o dos monedas (o quizás un gran billete si la mano venía favorable...). Hasta parecía divertirse haciendo lo que hacía, como si estuviese jugando... Como si a la vuelta de la linea B la esperara una casa calentita con mucha comida en la mesa y sábanas limpitas en la cama. Como si ese "trabajo" que realizaba fuera un juego...
Todavía no logro definir si esta niña jugaba a pedir, o pedía jugar...
No le di monedas. Me parecía insultar su juego. Me haría parecer -en mi mente- como un padre gritándole a su hija que no juegue más y que haga la tarea. A cambio de sus sonrisas le regalé una mía, y unos caramelos que tenía en la mochila. Ella me devolvió otra sonrisa y le quedé debiendo...
Cambió de vagón, pero el juego continuó. Yo volví a calzarme el auricular en la oreja y seguí mi viaje, tan igual al de todos los días, pero tan distinto gracias a ella.
(tengo que comprar más caramelos, a ver si vuelvo a encontrarla y puedo saldar una parte de mi deuda...)


Robado (por gentileza) de ... http://estadoalfa.blogspot.com/