jueves, noviembre 09, 2006

El misterio más grande de todos (o de dioses, mujeres y otras yerbas)

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida,
imposible, prodigiosa blasfemia.

Mario Benedetti

Dios. Misterio grande si los hubo y si los hay. Cuatro letras. Duda, fe, pasión, incertidumbre, temor, reverencia, adoración, odio, despecho, desidia, amor; todo esto y más cabe en esa palabrita prodigiosa.

Pero si alguno se atreviera a afirmar, que allí reside el más grande de todos esos misterios que nos han desvelado desde tiempos inmemoriales, yo podría osar a gritar que no, que no es así, que a nosotros, los que tenemos una costilla menos que ellas, nos atormenta otro secreto, más hondo, más profundo, más inexpugnable, ese breve susurro que resuena en nuestros oídos, una palabra, dos sílabas, cinco letras, una al lado de la otra, conformando el nombre que damos a ese ser a la vez eterno y efímero, celestial y terreno, dulce y endiabladamente amargo, esa criatura, tal vez imaginaria, que llamamos mujer.

Dios pierde terreno pues, frente a su rival. Ella le arrebata la potestad de nuestras noches en vela, de las plegarias mirando al cielo, de las lágrimas de madrugada, de todo el desconcierto del género masculino. Nos pasamos la vida tratando de entender a estos seres, y enloquecemos porque nos resulta imposible, y más difícil se torna y más rendidos a sus ansias y cuando creemos que estamos a un paso de la verdad, viene el mar y se lleva nuestro pequeño y efímero castillito de arena. Y Dios, como cualquier otra deidad, porque no va a ser ni más ni menos, siente celos... Su propia criatura, la que formó con aquella costilla que nos falta a nosotros, le roba el auditorio, a sus fieles, lo desplaza del centro del escenario.

Se oyen truenos allá arriba. Dios golpea furioso contra la mesa, casi impotente. El asunto se desmadra, se le va yendo de las manos. Hay que tomar cartas en el asunto. Ya nadie lo pinta en toda su gloria y esplendor, ya no inmortalizan su nombre en un puñado de versos, los trovadores ya no le cantan, sino que en sus acordes, resuenan lejanos los ecos de sus voces. Las de ellas, claro está.

Dios se dispone a recuperar lo que es suyo por naturaleza..., divina. Prueba con maquillaje, cambia el vestuario, canta tangos. Manda a construir una cancha de fútbol en sus dominios, donde todos los domingos se enfrenta el equipo de los santos contra el de los arrepentidos. Organiza conciertos de rock los terceros viernes de cada mes. Se pone una guardería. En fin, hay que volver a ganar el terreno perdido.

Pero nada. El plan de Dios es un estrepitoso fracaso.
Una tarde, ya abatido, mientras se toma un mate ya lavado que le ceba un querubín y se hamaca suavemente en el sillón que le dejó su abuelo, encuentra en un viejo libro de poesía un poema de Benedetti. Y se le aclara el panorama.

“Si Dios fuera una mujer”, dice el uruguayo que se pregunta Gelman; y Dios asiente con él. “Mirta, prendé el calefón que tengo que salir”, grita entusiasmado. Y esa noche, de minifalda y tacos, baja el señor a la Tierra, para torcer el curso de los acontecimientos, que se han doblado para mal, que lo tiró.

Y tan mal parece que no le fue, comentan unos que se juntan todas las tardes de domingo a ver el partido de la cancha del Cielo, que pasan por el codificado. Ella ya no quiere volver a ser hombre, se quejan los ángeles; está contenta con su nuevo estado. Recibe cartas de sus admiradores, los poetas declaman de nuevo en su honor y los músicos ya no componen sino para ella. Y de vez en cuando, más de uno se da vuelta en la calle para verla pasar.

Algunas cosas siguen igual y algunas otras se complicaron. Se comenta en el billar que puso un tal Judas con unas moneditas que juntó, que tres o cuatro días al mes Dios se pone imposible. Se siente mal, le duele la cabeza y se pone de mal humor. Por las dudas, los ángeles miran para otro lado y silban bajito.

Dios es más dulce ahora. Bah, eso dicen. Quizás escucha un poco menos, pero se emociona más fácil. Y cada vez se aparece menos por la cancha los domingos. Si se encapricha con algo, es difícil sacárselo de la cabeza, y con tal de no escucharla protestar, todos le dan el gusto y hacen lo que pide. Las menos de las veces, por supuesto, porque casi siempre la complacen por placer, sólo por verla sonreir.

¿Celos? Si, siempre. El doble los sábados a la noche. La competencia es dura y no hay que dejarse estar. Dios se suscribió a Cosmopolitan y organiza ferias americanas. Y si se viste de largo y con escote, levanta suspiros...

Dicen que el paraíso está más lindo este último tiempo. Todos cantan y bailan, y hasta los ángeles se arreglan cuando salen a pasear. Por acá abajo, tampoco nos podemos quejar. Los hombres se van chocando por la calle por andar mirando para arriba. Y en las parroquias de barrio hay misa a toda hora. Y piensan abrir más sucursales.

El tiempo sigue tan loco como siempre, pero ya sabemos por qué. Todo es mucho más impredecible, y la verdad que no sabemos con qué locura nos va a venir a cada rato. Pero la calle está..., qué se yo, tiene un sabor distinto... Cada día descubrimos nuevos colores; en el aire, en el río o en el cielo. Las campanadas no suenan cada hora, sino cuando quieren. Y en una de esas, uno suspira un “por dios”, cierra los ojos, y sueña.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajja vas a dibujar varias sonrisas, como la que me usurpo la boca en estos momentos.
Un gusto gonzalo
aldana

Anónimo dijo...

jaj sisi soy yo!!
sin pretender ser juez ni parte de tus escritos, debo decirle señor que me gustaron mucho.
inventario uno!!!! me parecio algo sabinero pero muy buenoo
y un hombree faaaaa justo estaba escuchando, "yo pisare las calles nuevamente" de silvio rodriguez y fue un flashhhh jaja bueno me voy
saludosss
aldysss

Agus dijo...

Gran escrito. Hacia rato que no me hacias sonreir 5 veces seguidas (con un escrito, claro está!).

Linda tarde compañero, y en sur quiza sean muchas más

Anónimo dijo...

Señor Gonza, grato ha sido compartir un viernes de tardenoche, con rockS y pizzas.
Lo que recuerdo claramente es su pregunta de sobremesa, fundada desde la más simpática vehemencia heterosexual =)

saluss señor!
Pablo

PD: para mas info:

http://www.ubbiar.fotolog.com/juancarlosbatman

Atravesando el tiempo dijo...

No tengo muy clara la relación entre tenecia y ponencia